Hace unos días surgía una noticia, aparentemente novedosa y progresista, que afectaba a las modalidades de intervención con agresores en comunidad (penados pero sin ingreso en prisión). El proyecto, desarrollado por Instituciones Penitenciarias junto a asociaciones de víctimas, proponía modificar las actuales sustituciones de condena por trabajos para la comunidad (como limpiar jardines), por intervenciones terapéuticas orientadas realmente a la modificación de aquellos factores que impulsan a un sujeto a comportarse de forma violenta con su pareja.
Con el supuesto beneplácito de asociaciones de víctimas, se planteaba la posibilidad de incluir en las intervenciones la participación de víctimas reales. Una forma sin duda efectiva de confrontar al agresor con las consecuencias de su comportamiento y una manera de desarrollar la empatía y tratar de “reconciliar” (de forma abstracta y genérica) a víctimas y agresores (como puede ocurrir al aplicar la medicación penal).
Unos días después, y por lo que parece presionados por agrupaciones feministas, Instituciones Penitenciarias en nuevas declaraciones afirma que en ningún caso participarán víctimas reales (no sabemos si modificando el objetivo inicial del proyecto o en respuesta a la tergiversación del mismo desde el entorno periodístico). Supongo que se deberá seguir tratando a los agresores de forma “in vitro” (alejados de su fuente de conflicto real) y utilizando recursos cinematográficos como “Te doy mis ojos” que, pese a ser impactantes para la mayoría de nosotros, pueden no serlo tanto para agresores y en ningún caso pueden reflejar la total realidad del sufrimiento de una víctima.
Una vez más, la presión de determinados grupos sociales parece interponerse al desarrollo y la aplicación de técnicas basadas en la evidencia (pese a que también se deba demostrar la efectividad de las propuestas, suponiendo que el proyecto estuviese basado en evidencias empíricas y no en impulsos personales). En algunas ocasiones, deberíamos hacer más caso a la ciencia y menos a nuestros corazones. Nos quedan las noticias para que podamos reflexionar.